-…
¿Qué haces aquí?-
-Estudio
aquí… ¿tú también?-
-Si…-
ambas estaban atónitas, no podían creerlo.
-Ya
te comenzaba a extrañar pequeña- aseguro la puerta y se acerco a la menor. No
sabía si huir o quedarse, esa escena parecía sacada de un manga.
-¿Acaso
no me extrañaste?- si tono de voz era sensual e intimidante, dejaba sin habla a
Aileen.
-Sí,
claro que te extrañe- tartamudeo un poco al responder. Katrien no dijo más y se
acerco a ella, la acorralo en una esquina y la veía fijamente a los ojos,
acerco su rostro pero no la beso solo roso sus labios para terminar besando su
mejilla; paso la yema de su dedo índice por los labios de su víctima la cual
tenía completamente apenada. Soplo en su cuello erizándola para luego besarlo
lentamente, acerco más su cuerpo y metió su pierna entre las de ella.
-Te
veo tensa, ¿no te esta gustando?-
-No
es eso...tu pierna…-
-¿Qué
tiene?-
-Esta…esta
rosando…mi…mi…- solo se puso más roja de lo que ya estaba.
-Algo
me dice que no te es algo incomodo- no quería causar eso pero sintió húmeda su
rodilla, se asqueo un poco pero siguió provocándola. Pasaba cerca de sus labios
pero ningún beso. En el rostro de Aileen se notaban las ansias que tenia de
besarla. No lo soporto e intento besarla, un intento fallido.
-No
comas ansias pero la única que puede dar los besos, soy yo- parecía que la
besaría pero solo beso su frente, dejo a la pequeña yurista totalmente con
ganas de besarla.
-Deberíamos
salir, es peligroso quedarnos más tiempo- nadie había intentado entrar al baño
así que no hubo sospechas ni nadie supo que estaba asegurado el picaporte.
Sonó
el timbre y ambas regresaban a sus salones, Katrien le guiño el ojo
discretamente y Aileen no pudo hacer nada más que intentar "enfriarse”, a sus
quince años se "encendía” rápidamente mientras que la otra a pesar de nunca
haber tenido una relación verdadera no se excitaba con facilidad.
"Sería
un gesto de debilidad excitarme mientras juego con ella” pensaba mientras se
limpiaba la rodilla en su asiento esperando al profesor. Cuando iba a sacar la
libreta de la materia recibió un mensaje.
"De:
Pequeña Otaku 04:00 p.m
Sí
que me has dejado con muchas ganas…eres mala :( yo quería besarte…Aun así te
quiero demasiado”
Sonrió
triunfante y guardo su celular sin borrar el mensaje, deseaba verlo después
para poder reír en paz, ahora tenía que prestar atención a su clase.
Sus
horarios solo coincidían lunes y viernes, los demás días era difícil que se
vieran aunque no era algo que ambas quisieran tanto.
Era
viernes y Katrien fue a un salón aparentemente vacio a hacer tarea, odiaba
hacerla en casa y tenía una hora libre. Entro y como sospecho, estaba vacio;
tomo un asiento en el fondo donde no pueda ser vista de lejos y comenzó. Habían
pasado minutos de haber comenzado, alrededor de 20 cuando escucho pasos, pensó
que no se dirigía hacia donde ella estaba pero así era. Una chica entro a
buscar aparentemente una libreta y salió sin notar su presencia.
Su
hora estaba libre estaba por terminar; arreglaba sus cosas para ir a su salón
cuando otra chica entro. Esa chica si noto su presencia, más bien Katrien hizo
que la notara.
Tomo
por la cintura a la chica para luego rodearla en un abrazo.
-¿Katrien?...-
No
respondió y soplo en su cuello para luego reposar su cabeza en su hombro y
susurrarle: -Al fin nos volvemos a ver-
-Katrien…-
Parecía
que su nombre era todo lo que su boca podía articular y su voz podía emitir.
Eso no era algo que le molestara a ella pero esperaba una respuesta diferente.
-¿Este
es tu salón?-
-Si-
La
mayor se alejo y se apoyo en una mesa alado de Aileen. La veía fijamente con
esos ojos oscuros penetrantes que ponían nervioso a cualquiera, incluso a sus
familiares, la única persona a la que no intimidaba era a su hermana.
-¿Sucede
algo?- Aileen temblaba un poco y empezó
a jugar con el borde de su camisa.
-Nada,
solo quiero verte. No es necesario hablar para pasar tiempo juntas- Tal vez ese
comentario fue demasiado raro para la menos pues no dijo nada al respecto, esperando
a que su novia dijera otra cosa.
-Tengo
que ir a clases, hasta luego-
-Espera…
¿podre verte mañana?-
-No-
Olvido por unos momentos que estaba jugando a ser su novia por lo que respondió
fríamente en un tono seco.
-¿Por
qué?- la tomo del brazo para detenerla y obtener su explicación.
-Presento
una obra de teatro pero creo que iras a la convención, cómprame algunos
pokcy´s, ¿quieres?-
-¿Qué
papel haces en la obra?-
-Mayordomo…pequeña,
se me hace tarde, si prefieres ir a verme actuar en vez de a esa convención…te
informo que se presenta en el auditorio de la escuela a las tres de la tarde-
no dijo nada más y salió del salón. Aileen no tuvo oportunidad de responder, se
sentó para pensar que haría, a esa hora apenas se estaba poniendo interesante
la convención y era una difícil decisión para una otaku.
La
mañana del sábado había llegado y Katrien estaba areglando su traje, repasando
sus líneas antes de ir a la obra. Su hermana despertó y también se estaba
arreglando pero para ir a la convención.
-¿A
dónde crees que vas tú sola?-
-No
iré sola- dijo con una gran sonrisa.
-¿Con
quién?-
-Con
mi novio…regrese con el-
-Valla,
quisiera conocerlo pero creo que será hasta que acabe mi obra-
-No
asustes a Kazu, por favor- su hermana tenía una fama que asustaba un poco a sus
amigos.
-Si
no me agrada créeme que lo hare- siguió arreglando su vestuario mientras su
hermana guardaba silencio, hiso una mueca y se fue para seguirse arreglando.
-Me
voy, te veré en la tarde en la convención-
-Está
bien, suerte en tu obra-
-Gracias-
"aunque no la necesito”. Subió a la limosina y se dirigía a la escuela, su
papel debería de ser de un mayordomo con cabello corto y negro pero el de ella
era algo castaño y no tan corto como el personaje lo requería, de hecho su
cabello era largo y lacio.
-Si
esa pequeña me viera estaría feliz, parece que hago cosplay- estaba verificando
que no le faltara nada al traje. Un traje de pingüino como el de un mayordomo,
un reloj antiguo de bolsillo, guantes blancos y zapatos negros. Bajo a una
tienda de pelucas por una que se acoplara a la descripción del mayordomo de la
historia y se la puso, parecía un chico, uno sexy. Tenía puesto vendas para que
sus pechos no se notaran, si hacia un papel masculino, le gustaba hacerlo bien.
La
obra había comenzado y no había rastro de Aileen, no le intereso, seguía
actuando con la necesidad de que saliera perfecto, más que en otras obras; tal
vez porque era el primer personaje masculino que hacía con tanta decisión.
-Es
hora de dormir amo- recitaba sus líneas como si en verdad fuera un mayordomo,
la obra estaba llegando casi a su final.
-Saca
el pijama Alexander-
-Como
diga amo- Alexander planeaba matarlo esa noche, ese no era su verdadero amo, el
lo sabía, el debía de servir al verdadero heredero de esa casa. Durante un año
estuvo sirviendo al amo equivocado, tardo en darse cuenta que era un estafador
y su amo se encontraba viviendo donde él debería estar.
-Alexander-
el amo lo llamo para que llevara su pijama. Alexander acudió a su llamado,
estaba vistiéndolo y escuchando a su amo.
Esa
escena tenía en tensión al público pues solo el público sabia que el amo estaba
a punto de morir. Aileen llego justo a tiempo para ver el gran final de la obra
de su amada.
-Qué
pena que estas sabanas tan blancas se teñirán de un tono carmín-
-¿De
que hab…- el amo no pudo terminar de hablar, su mayordomo lo había apuñalado.
-Usted
mantuvo una farsa durante mucho tiempo y aunque tarde en descubrirlo al fin
podre servir a mi verdadero amo-
-Estas…loco-
las últimas palabras de su amo. Alexander saco su reloj del bolsillo de su saco
y recito sus últimas líneas.
-Ya
es la hora de dormir amo...- cerro los ojos de la persona a la que había
matado. –Espero descanse entre las flores y la nada- hizo una reverencia ante
el cadáver y lo llevo a un ataúd.
Aileen
estaba atónita, no podía creer la buena actriz que su novia era, verla se le
hacía mejor que asistir a miles de convenciones o ver a su grupo japonés
favorito. La observaba con admiración hasta la culminación de la obra, todos se
levantaron, incluyéndola, y aplaudieron.
Katrien
diviso a su otaku entre el público y por instinto sonrió, una sonrisa que no
debió haberse dibujado en sus labios pero era tarde, ya estaba sonriendo.
Bajo
a saludarla esquivando a la muchedumbre. Cuando llego a donde estaba su peón,
no pudo decir nada, estaba inmóvil.
-Pareces…parece
que haces cosplay-
-Sabía
que dirías eso, vamos, debes regresar a la convención para ver el cierre con el
grupo-
-¿No
tienes que quedarte?-
-Ya
puedo irme, ellos solo están platicando, vamos- la tomo de la mano y la saco
del auditorio para subir con ella a la limosina, previamente le había pedido a
su chofer que si subía con una acompañante se dirigiera al centro de
convenciones y cuando llegaran que no abrieran la puerta hasta que ella le
preguntara si había llegado.
La
pequeña alababa los dones de actuación de su novia, no podía creer que actuara tan
bien y con tanta naturalidad como si fuera así realmente.
Su
plática solo era sobre la obra y Katrien le contaba lo que ella no vio. Tenía
tomada de la mano a su pequeña; y cuando termino de contarle acaricio el
cabello corto de esta.
-¿Alguna
vez has querido besar a un cosplayer?-
No
dijo nada, solo asintió y comenzó de nuevo, lo que había pasado anteriormente
en esa limosina estaba pasando de nuevo.
La
reina se besaba con el peón, lamia su cuello haciendo que esta se estremeciera,
la intimidaba a tal punto de inmovilizarla por completo, masajeaba los pechos
de su acompañante, metió la mano por debajo de la blusa de Aileen haciendo que
esta diera un pequeño salto de la impresión, todo lo que pudo hacer fue agarrar
el cuello de Katrien para besarla, esta se dejo, pero se descuido demasiado
pues cuando se dio cuenta la pequeña lujuriosa ya había logrado quitarle el
saco y meter su mano dentro de la camisa, sentía su cálida mano en su fría
espalda.
No
podía creer que tanto bajo la guardia, se había "entretenido” demasiado besando
y tocando a su pieza.
Intensifico
los besos, metió la lengua en la boca de la menor, esta se quejo de una manera
que por desgracia excito a Katrien, pero su felicidad de saber que la tenía en
su poder totalmente fue mayor a la excitación. Seguía invadiendo el interior de
su boca, y los quejidos de la otra se transformaron en gemidos, la situación
estaba subiendo mucho de tono, la chica a pesar de ser tan pequeña ya estaba al
borde de bajar el pantalón de Katrien, esta la detuvo a tiempo y beso su mano.
-No
lo hagas…-
-Pero…-
-Solo,
no lo hagas- beso los labios de la menor para que no replicara más. Ella quería
seguir con aquello pero ya habían llegado hace 15 minutos; aunque la pequeña
tuviera muchas ganas, la mayor decidía y ni mínimas ganas de acostarse con una
mujer pero le estaba tomando cierto gusto a besarla y tocarla de la cintura
para arriba, los labios de una mujer le parecían suaves.
-¿Tengo
labios suaves?- pregunto inconscientemente.
-S…si-
-¿Si
qué?-
-Tienes
labios suaves-
-uhm…gracias-
hizo una mueca y volteo el rostro, se acomodo la peluca y la ropa. Abrió la
puerta y bajo para ir al concierto de cierre y recoger a su hermana pero
parecía que su acompañante no se podía quedar, no entendió bien porque se tenía
que ir pero así fue, aun así ella tenía que entrar por su hermana, en el camino
varios le pidieron foto, no tenía idea de cómo posar así que solo se quedaba
parada o viendo el reloj de bolsillo, era buena improvisando.
Conoció
al novio de su hermana. Escucho su primer concierto japonés, presento la mejor
obra de su vida y casi se acuesta con una chica, ese día había sido demasiado
extraño.
-Creo
que un solo peón ha logrado vencer a todos de los míos…aun tengo mis torres y
caballos…me pregunto si este peón piensa convertirse en reina- meditaba la
"jugada” de la semana, ella podía ver sus piezas pero no las de ella pero
estaba segura que solo era ella deseosa de convertirse en el rey de la reina
blanca.
-Háblame
un poco más acerca del tal "Frikishiru”- Katrien le decía a su hermana en tono
burlesco.
-No
le digas así, es Kazushiro…bueno en realidad se llama Leonardo pero me gusta
más decirle Kazu. La costumbre creo…-
-¿Y
qué más?, vamos ha de haber más cosas que decir además de solo su nombre y
alias-
-Pues
no se que más decir de él, quería ser mi novio desde hace un tiempo…estudia
conmigo, tiene la misma edad que yo. Ama el anime como yo y detesto que le
guste el yuri-
-Interesante…
¿por qué detestas que le guste eso?-
-Si
no lo viera de una forma tan morbosa me daría igual, pero no es así-
-Bueno,
cada quien ve lo que quiere como quiere pero en fin, no es asunto mío- La
hermana mayor despejo muchas sospechas acerca del famoso novio de su hermanita,
parecía un buen tipo o al menos eso vio. Su hermanita se dio cuenta que ya no
había nada más que hablar y subió a su habitación a encender la PC y encerrarse en su mundo
hasta la madrugada.
La
mayor quería hacer algo diferente pero no sabía qué y no quería llamar a su
víctima, subió las escaleras con pereza y a paso lento. Al entrar en su
habitación se tiro en la cama viendo el techo, contrajo su cuerpo y se volteo
hacia la derecha, bajo la mano y saco su laptop, la observaba como si ella sola
fuera a abrir una página que la entretuviera y masomenos así fue.
-Crossplay…-
indago un poco acerca del tema que por razones del destino término viendo a un
chico vestido de chico, eso no podía ser lo llamado "crossplay” pero al leer,
era el de una mujer: Haruka Tenoh.
-Valla,
ya sé que haré hoy- llamó a su chofer y fue a ponerse la peluca negra que había
usado ayer junto con las vendas. Bajo y subió en el auto, no quería ir en algo
muy lujoso esta vez.
-Iremos
de compras, por favor ve a la mejor tienda de ropa masculina- iba a jugar con
su género y apariencia. Cuando bajo a comprar la encargada dudo de estar
atendiendo a un hombre o a una mujer, por el tono de voz neutro que usaba era
dudoso, por su ropa decía soy chica pero su apariencia decía lo contrario
enseguida.
-Vera,
quiero algo informal, cómodo y que se vea bien para salir a cualquier lugar- se
dirigió a ver toda la tienda. Escogió ropa de colores oscuros y para zapatos
unos Vans unisex, salió de la tienda agradeciéndole a la encargada con una
cómplice sonrisa junto con un conjunto nuevo que recién había adquirido. Al
entrar al auto su chofer con curiosidad le pregunto si haría otra obra, ella
dijo que haría algo así pero solo ella sería la que actué, le pidió que la
dejara en el centro de la ciudad y que lo llamaría cuando quisiera que la fuera
a recoger donde quiera que estuviera, su chofer asintió y se fue.
-Es
hora de aprovechar al chico sexy que llevo dentro y fuera de mí- fue al
Starbucks más cercano solo para ver si encontraba a alguna chica o chico
tomando un café solitariamente y se viera que necesita compañía.
Después
de dar unos sorbos a su café encontró a un chico aparentemente solo, estaba
viendo el vaso de plástico solamente. Katrien agarró su café y fue junto a el.
-¿Puedo
acompañarte?- puso la voz más neutra que pudo haber salido de sus cuerdas
bucales. El solitario chico la observo y volvió la mirada a su café, tomo
aquello como un "sí”.
-¿Por
qué tan solo, hermoso?, te vez triste- el chico seguía sin responder. Pasaban
los minutos y Katrien se aburría mientras que el otro solo se ponía nervioso
por el silencio. A unos minutos de levantarse e irse sin decir nada el chico
comenzó a hablar en un tono que era evidente que era gay, se había peleado con
su mejor amigo y ahora estaba triste, tratando de conquistarlo lo ánimo sin
interés, solo palabras vagas que sabe que animan a las personas en esos
momentos.
-Salgamos…-
Sugirió al antes deprimido chico. Acepto y ahora paseaban por la ciudad.
-Dime
cariño, ¿tienes novio?, ¿novia?, ¿algún compromiso serio?-
-De
hecho no…- respondió apenado, sabía en que terminaría aquello.
-¿Entonces
tengo oportunidad?- lo dijo entre risas pero en verdad se estaba burlando.
-Pues
eres muy apuesto…antes tenía una novia pero me resulto muy mala en la cama y no
es que me interese solo eso pero solo era mala conmigo, tenía a otros y al
enterarme fue duro, pero la he superado-
-¿Bisexual,
he?- las cosas se ponían interesantes.
-Jeje,
si…- se ruborizo al responder.
-Eres
lindo, me gustaría llevarte a la cama ahora mismo- Ella era buena actuando
papeles de ese tipo y tampoco es que aun fuera virgen, si lograba tirarse al
pobre chico con apariencia totalmente gay habría matado dos pájaros de un tiro.
El chico se puso muy nervioso pues justamente pasaban frente a un hotel.
-Entonces,
¿no te excita la idea de hacerlo con un extraño, un lindo extraño como yo?-
-Veras…solo
lo he hecho con chicas, a mis novios únicamente les he…ya sabes- el chico estaba
totalmente colorado.
-Te
daré una gran sorpresa en la cama, créeme- la mirada que tenia sobre el extraño
era penetrante y seductora, como si ya lo estuviera tocando sin hacerlo. El de
alguna manera acepto pensando que sería su primera vez con un hombre, pidieron
la habitación más barata pues solo irían a hacerlo y no volver a verse nunca
más en su vida, al menos ese era el plan de Katrien.
Al
salir del hotel el chico parecía menos gay, parece que hacerlo con una chica
como ella lo "enderezo” hacia el buen camino.
-Chao,
bonito- le guiño el ojo y se fue. Él por más que intento no le logro sacar
ningún dato, nada el cómo seguir en contacto. En el camino choco con una niña.
-Oh,
lo siento, déjame ayudarte- había chocado con Aileen, esperaba que no la
reconociera pero no fue así, la dejo sorprendida al ir vestida de chico por la
ciudad.
-¿Presentaste
de nuevo otra obra, amor?-
-Errm…no,
solo quise salir a lucir mi masculinidad- bromeo.
-Jajaja,
no pensé encontrarte por la calle. Ya que nos vemos, ¿quieres hacer algo?-
-¿A
dónde ibas?- antes de dar sus propuestas, le dio curiosidad el saber.
-Iba
a visitar a una amiga…pero ya da igual- dijo en un tono algo melancólico, como
si se tratase de otra persona, algo más o tal vez menos que una amiga.
-¿Segura?-
Aileen solo asintió.
-Mmm…¿quieres
hacerlo en aquel hotel?- apunto la mayor con el pulgar al hotel detrás de ella.
-P-pero
pensé que…-
-Es
broma- dijo en un tono seco -.Te propongo ir al cine, por un helado…lo que
quieras, linda- dejo pensando a su novia, opto por la idea de ir por un helado,
todas las chicas fijaban la mirada en Katrien y luego con furia a Aileen,
querían ser quienes estuvieran compartiendo un helado con ese "chico sexy”.
-¿Te
regreso a tu casa?, ya es tarde-
-¿No
te molesto?-
-Para
nada, ¿eres mi novia, no?. Te quiero y por lo mismo me odiaría si algo malo te
pasara en las calles- "nadie puede hacerte sufrir antes de tiempo”, pensó. Así
fue que la llevo a casa y luego ordeno ir a la suya, lo primero que hizo fue ir
a la ducha.
En
el baño, mientras el agua tibia caía en su cuerpo, estuvo pensando. Lo de
haberse tirado a un chico medio gay no lo tenía planeado ni menos ver al lindo
peón.
-Mi
peón, ciento que alguien ya te ha lastimado antes de que yo lo haga…- recordó
que no estaba tan alegre cuando la encontró, se veía angustiada, su mirada
expresaba confusión y el helado lo comió sin ánimos.
-No
me interesaras chuiquilla pero creo conocerte lo suficiente para saber que no estabas
bien…- ladeo su cabeza cerrando la llave y agarrando la toalla para salir.
Mientras secaba su cuerpo estaba considerando poner pausa a la partida pues
Aileen se veía una niña muy buena, al menos eso aparentaba.
-¿Por
qué te doblegas, reina de los blancos?... ¿qué me está pasando?, nada de pausas
al juego, esto no se acaba hasta que se acaba, esa peona no lograra ganarme en
mi propio juego, en mi propio tablero- todo eso lo había dicho pensando que
nadie la escuchaba.
-¿Qué
tanto dices hermana?, ¿monologo de clase de teatro?-
-Eh,
si, sabes que cuando practico me meto en el personaje. Lo siento si te asuste o
algo…- trago saliva esperando a que su hermanita se tragara esa excusa.
-Para
nada, solo quiero usar el baño-
Con
su toalla salió y le dejo el baño a su hermana menor.
En
su habitación pudo estar mejor; más privacidad. Suspiro y encendió la TV, la vio hasta quedar
dormida, su día había sido de cierta forma intenso y mañana debía ir al
colegio.
Erika
se la pasaba día y noche aparentemente dándole vueltas al asunto de haber
vuelto con su novio, todos los días se le veía de un humor diferente, Katrien
solo dedujo que podría ser por posibles peleas, reconciliaciones, sorpresas,
gratas y desagradables, con un novio puede pasar de todo.
Una
semana fue desperdiciada por exámenes no pudo concentrarse en su "novia” y
tampoco quería molestarla en sus estudios. El último examen era mañana por la
mañana y ya se había cansado de estudiar así que mejor fue a invadir el espacio
de su pequeña hermana. Al entrar en la habitación no vio gran cosa, lo de
siempre, ella en la PC
sonriendo mientras platicaba con varios de sus amigos; se acercó a ella
discretamente para poder observar algo de lo que hacía.
No
vio gran cosa así que soplo en su cuello causando que ella volteara
agitadamente.
-Hola~-
Katrien saludo divertida.
-¿¿Qué
te da por hacerme eso??-
-Me
parecía que estabas muy metida en eso- apuntando a la laptop.
-¿Prefieres
que esté en la PC
de escritorio?- pregunta haciéndose la inocente.
-jaja,
graciosita, no, en vez de estar hablando cosas frikis deberías estudiar-
-Mañana
no tengo ningún examen, hasta pasado mañana- La mayor solo alzó una ceja y
asintió dando a entender sarcasmo, salió de la habitación espero la mañana para
presentar su examen.
Casualmente
al salir del examen ya no tenía ninguna otra materia pues ya no tenían nada que
ver esa semana sino hasta la próxima, eso no es lo casual, lo casual fue
encontrarse a Aileen en la misma situación.
-Darling-
la llamó Katrien, fue hacia ella y antes de llegar estaba con sus amigas, iba a
irse pero recordó que había demorado una semana y ya estaba deseosa por romper
su corazón de yurista en miles de pedazos.
-My
Little girl~- rodeando a la pequeña con su brazo y dejando extrañadas a sus
amigas, enseguida preguntaron quién era, solo se limitó a responder que igual
era su amiga pero que tendría que llevársela; y sin darle oportunidad a Aileen
de despedirse más que con un movimiento de mano de un lado a otro mientras la
llevaban contra su voluntad abrazada. Valla forma más linda de llevarse a
alguien sin su consentimiento.
-¿Por
qué hiciste eso?- aun manteniendo el abrazo.
-Porque
tengo más derecho que ellas, quería verte, my girl- solo le hablaba en ingles
porque el examen que acababa de presentar fue de aquella materia.
-Hoy
no puedo estar contigo, tengo algo que hacer…-
-¿Qué
es más importante que yo?-
-No
puedo decirte, lo siento…- dijo deshaciendo el abrazo y bajando la mirada.
-ummm…bien,
pero mañana te quiero solo para mí, puedas o no, si no…-
-¡¡Esta
bien!!- respondió con efusividad y un volumen de voz algo alto causando que
Katrien solo sonriera triunfadora.
-Por
cierto, no hagas nada que pueda verse diferente a lo que es, no sabrás cuando
podría enterarme de lo que haces- Aileen se puso nerviosa, si se enteraba de lo
que hacía su relación corría peligro, al menos se preocupaba por eso pues no
sabía que su relación era totalmente falsa para la otra.
-Tendré
cuidado entonces, hasta luego- entre burla lo dijo para no sonar sospechosa y
se fue.
-Tenía
tantas ganas de jugar con ella hoy- pensaba con un semblante aburrido mientras
le hablaba al chofer. Se sentó en una banca a esperar como siempre y fue que
vio a Aileen regresar al colegio, entro sin nada y salió con varias bolsas;
olvido el tema y siguió esperando, su sentido de la curiosidad era casi nulo,
pocas cosas podían despertarlo.
En
el trayecto a casa la volvió a ver, fue extraño pues ella vive del otro lado,
parece que su curiosidad empezara a despertar. Entro a su hogar y no encontró a
su hermana, solo una nota diciéndole que salió con su novio la cual hizo una
bola de papel y la tiro a la basura.
El
siguiente día se suponía que su pequeña chica era solo para ella y así fue,
ambas se encontraban en la habitación de la pequeña.
-Pensaba
que estaría lleno de posters o dibujos- observaba las paredes lisas de color
violeta.
-Lo
estaban, pintaron la habitación hace unos días y no he podido ponerlos de
nuevo-
-Ya
veo, me hubiera gustado verla con todo eso- no había hasta ahora habitación que
le ganara a la de su hermana llena de estantes con figuras, anaqueles con
mangas, libros, artbook’s, etc y cajones de objetos al azar igualmente de anime.
-Darling,
¿estarías dispuesta a darme tu cuerpo?-
-¿A
qué viene eso?- le pareció repentina la pregunta, aparte siempre que intentaba
llegar más allá, era detenida en seco.
-No
lo sé, curiosidad tal vez-
-Sabes
que si…- sonrojada veía cualquier cosa menos a Katrien.
-¿Me
quieres tanto como para hacerlo ahora mismo?- su tono desinteresado ahora era
algo serio. Su respuesta fue solo un movimiento de cabeza afirmando.
-¿Crees
que hacerlo demuestra que te amo y nunca te dejare ir?-
-Puede
ser…si lo hacemos es porque nos queremos y pensamos estar juntas al menos un
largo tiempo- jugaba con sus dedos y seguía sin verla.
-Perfecto-
una sonrisa maliciosa se dibujó en los labios de la mayor que comenzó a besar
sin previo aviso a su víctima, la acorralo en un lado de la cama, la besaba con
pasión mientras que la pequeña con euforia, después de la plática sabía que lo
harían en ese mismo instante.
Una
batalla de besos ardientes se estaba formando, no había ganadores en esta
batalla pero la guerra no cesaba; Aileen ya no podía más, se excitaba muy
rápido y estar ahogada entre tantos besos no le permitía contenerse demasiado,
tenía que tocarla esta vez.
Katrien
tenía la guardia baja que no noto el momento en el que su pequeña ahora
masajeaba uno de sus pechos; no la detuvo. Dio inicio a lo inimaginable,
desvestía a la aparentemente inexperta chica, besaba su cuello, bajaba con
besos hasta los pechos, mordió uno de ellos y esperando un gemido de dolor fue
más placentero que nada.
La
temperatura de ambas iba subiendo pero solo una estaba consiente, siguió
tocando hasta que llegó el momento de bajar el pantalón, trago saliva y puso
sus manos en las orillas, vio con duda a su pareja totalmente excitada por el
momento que no pudo más que respirar hondo y alejarse.
-Esto
no es lo mío…-
-¿Hm?-
-No
puedo, lo siento si esperabas más- arreglaba su ropa con rechazo, su plan
implicaba llegar lejos algún día y este era el momento preciso para aquello
pero el tener que tocar la intimidad de otra mujer la apenaba demasiado, el
hecho de que la tocarán por una mujer igual.
-No
te dejaré huir esta vez- no se distinguía en qué sentido lo decía, simplemente
se abalanzo contra la mayor y como llevaba un pantalón deportivo le fie fácil meter
su mano.
-Pero
¿qué rayos haces?,¡detente!- su corazón se estaba acelerando demasiado, estaba
perdiendo el control de la situación y de su propio juego.
-No
sabes cuantas veces me que contenido pero ahora ya no puedo más, tengo que
hacerlo- Aileen frotaba la intimidad de su novia mientras que esta intentaba
quitársela de encima y más importante sacar la mano intrusa de su pantalón.
-Detente-
con la respiración entrecortada intentaba detenerla, estaba a punto de ceder
pero antes de que sucediera la alejo por fin y la acorralo diciéndole: -Te dije
que no, no es no- aun con la respiración algo entrecortada.
-Vamos,
si se ve que quieres-
-No-
la beso sin más como si anda hubiera ocurrido, en ese beso había venganza, no
pensaba dejar las cosas de esa manera, nadie la tocaba y salía victorioso. Se
impulsó de aquello para poder tocar más allá, únicamente ella toco, beso y
lamio hasta dejarla dormida y totalmente desnuda en su cama. Se fue a su casa y
directo a la ducha, las manos de una mujer habían recorrido su cuerpo, ese
hecho la repugnaba y sus manos las lavaba con furia, odió el tocar a esa
chiquilla y el sentir sus fluidos entre sus dedos, pero ya había llegado el
momento, solo era cuestión de días para enamorarla un poco más y luego, en el
momento en el que la tenga totalmente a sus pies, la deje.
-Hace
tanto que no veo las lágrimas de alguien más, lo siento por ella que será quien
me muestre las suyas- su juego se tornaba peligroso, nunca se había apenado en
su vida y menos en pleno acto, ella era siempre la que dominaba la situación
pero al ser dominada toda su mente se nublo y nuevas sensaciones la invadieron
por completo.
-Lo
último que pasara en esto es enamorarme, pero no entiendo porque me apene…bah,
ha de ser porque era mujer solamente…- prosiguió su larga ducha para poder
sentirse libre de todo lo que ocurrió.
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